Matando moscas con el rabo

REPLICANTE: PARTE 4

En el plazo de cincuenta a cien años surgirá probablemente una nueva clase de organismos. Dichos organismos serán artificiales en el sentido de que inicialmente habrán sido diseñados por humanos. No obstante, se reproducirán y «evolucionarán» en algo diferente de su forma original; estarán «vivos» según cualquier acepción razonable de la palabra. Estos organismos evolucionarán de un modo esencialmente distinto…El ritmo…será muy rápido. El impacto sobre la humanidad y la biosfera podría ser enorme, mayor que el de la revolución industrial, las armas nucleares o la contaminación del medio ambiente. Debemos tomar ya medidas para encauzar la aparición de organismos artificiales…

 Doyne Farmer y Aletta Belin, 1991

EL MARTES QUE TODO CAMBIÓ.

En la carretera en dirección a Trévelez, circulaba el Kia azul que conducía su propietario, Antonio; un adolescente como otro cualquiera que viajaba junto a su novia Jennifer al pueblo de sus padres. Aún era temprano, pero ya empezaba a dormirse el sol.

– Antonio, ya sé que hemos hablado de esto, pero, ¿no te parece pronto para que me presentes a tus padres?¿Y si no les caigo bien o no les gusto para tí? Si en verano acabarás el curso de Informática en la Universidad de Almería y entonces dispondrás de mucho tiempo libre para ir a ver a tus padres.

– Cariño, llevamos cuatro meses juntos. Mis padres ya te adoran por el mero hecho de tenerme tan feliz y quieren conocerte en persona. Es normal que estés nerviosa porque vayas a conocer a tus suegros. Además, no pienso dar la vuelta ahora que sólo nos queda una media hora para llegar.

– ¡ Yo no estoy nerviosa!¡Estoy histérica!

– Ya te veo, no hace falta que lo jures. Tú tranquila, que mis padres aún no se han comido a nadie…que yo sepa.

– Ja, ja, muy gracioso.

-Voy a parar un momento, que me estoy meando vivo y no aguanto más.

– ¿Aquí? Qué mal rollo, con tanto bosque por aquí. No te alejes mucho, porfa.

Antonio paró en el arcén y puso las luces de emergencia del vehículo. Apagando el motor, se quitó su cinturón y se acercó a besar los labios de Jennifer que temblaban de miedo.

– No me alejaré y no tardaré nada. Le cambio el agua al canario y vuelvo.

– Eso espero, por tu bien…si no, te mato.

Antonio salió del coche, lo rodeó y se adentró entre los árboles. Junto a uno de ellos, se la sacó, suspirando aliviado por el vaciado de su cargo. Miró al cielo mientras se la sujetaba, pero sólo veía las copas arbóreas y un cielo estrellado.

– Oooh, que a gusto.

PIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII…

Un pitido constante y ensordecedor surgió de la nada y Antonio se tapó los oídos. ¡Dios! ¡Era un ruído insoportable! Tanto que cayó al suelo de lado e incluso se orinó un poco encima. Acurrucado en el suelo, casi en posición fetal y con unas ansias de arrancarse los oídos de cuajo, vio como de pronto una gran luz verdosa descendía de un cielo negro.

Esa luz destrozó, más bien desintegró, los árboles que se encontraban en el camino de la misma hasta posarse en el suelo, que se agrietó como si de un gran peso se tratara.

Antonio estaba aterrorizado, así que cogió impulso para incorporarse y correr hacia su querida Jennifer, para largarse de cuanto antes de aquel lugar. ¿Qué demonios es eso? No quería ni saberlo. El pitido cesó y la luz verdosa se apagó de alguna forma, pero quedó algo brillante en el lugar que antes la luz había removido. Era una especie de enjambre de luciérnagas verdes fluorescentes que se estaban como agrupando…y dirigiéndose a el.

– ¿Qué mierda…?- Se dio la vuelta corriendo todo lo posible, tampoco se había alejado tanto del coche. ¿o acaso si lo había hecho?

Qué mala suerte para Antonio, que con el miedo, tropezó con las raíces de algún árbol, cayendo de bruces a la tierra. Esas luciérnagas o lo que fuesen le alcanzaron rodeando su cuerpo. Incapaz de moverse, algunas se metieron a través de sus fosas nasales hasta salir por el mismísimo recto, reventándole el pantalón por esa zona. Qué dolor sintió y que desorientado. la vista le fallaba un poco, pero Antonio consiguió ver a ese enjambre volver a agruparse, tomando una forma.

Se puso en pie como pudo y al mirar al frente se encontró consigo mismo, pero con el brillo verdoso en los ojos. Le temblaban los pies y esa cosa le sonreía. No supo como reaccionar, la huída era su único plan, así que volvió a darse la vuelta para correr. Esa cosa que tenía prácticamente, la apariencia de su reflejo en el espejo, abrió la boca para atacarle con una afilada lengua camaleónica. Le rodeó el cuello con tanta fuerza que Antonio entendió que aquel era su fin.

– ¡Corre, Jennifer, corre!- y por unos segundo se vio precipitado violentamente al duro suelo, rodando como una pelota y luego su cuerpo decapitado cayendo de rodillas. Y esa cosa seguía sonriendo, de pie, mir´sndole con esos brillantes globos oculares.

EN EL KIA.

Jennifer estaba algo intranquila en el coche, pues su novio tardaba mucho en volver de hacer sus necesidades. Además, le había hecho una promesa, la de no dejarla sola alí metida, en mitad de la nada, mucho tiempo.

El coche tembló, ¿o había sido la atierra? y una luz verde surgió del cielo a su derecha.

-¡Dios mío!¡Antonio! ¿Qué es eso?

Se agachó a por su bolso que tenía a sus pies, para coger su móvil y llamar a la policía o a la Guardia Civil. Algo extraño estaba pasando.

– Joder, no hay cobertura.- Abrió la ventanilla sacando su brazo , mientras agarraba el móvil para ver si así conseguí alguna mísera raya de batería.

-¡Corre, Jennifer,corre!- Era la voz de Antonio, muy cerca de allí. No se había dado cuenta, pero la luz había desaparecido. Se estremeció, cerró la ventanilla y se cambió al asiento del conductor, pero sin apartar la vista del lado de donde provinieron los gritos de su novio.

Giró la llava para encender el motor, pero éste no respondió. Una figura apareció de entre los árboles sosteniendo algo en su mano derecha.

– ¿Antonio?- Unos rayos verdes iluminaron el cielo con sus destellos y aquella figura lanzó el objeto que sostenía hacia el coche. . El cristal del copiloto se hizo añicos y Jennifer emitió un grito agudo mientras se veía perforada por miles de cristales y algo más grande le golpeó el pecho. La luz interior del vehículo se apagó.

Jennifer agarró lo que la había golpeado, tenía un tacto tan peludo y húmedo, que lo primero que pensó es que se trataba de algún tipo de animal y del asco, lo lanzó al asiento copiloto. Sacó su móvil y alumbró con la poca luz que le daba…era la cabeza de Antonio y se vio a si misma llena de su sangre. Profirió un grito de terror, pero abrió la puerta y se perdió en la oscuridad de la noche sin mirar atrás, por si ese loco asesino la perseguía.

Comenzó a llover, pero el horror no le permitió detenerse…pues podía ser lo último que hiciera.

Luces verdes CONTINUARÁ…

Escrito por Luis M. Sabio

11 comentarios

  1. Aynsss, q susto se ha llevao la Jenny!!!

    Esperando ansiosa el siguiente capítulo que aquí pue pasar cualquier cosa…jejeje

    Besicos xoxo mío.

    diciembre 30, 2011 en 10:47 pm

    • Espero que te haya gustado, brujilla. Ha sido el último post del año y aún no he empezado Replicante: parte 5. Sólo puedo adelantar que habrá mucha, mucha sangre.
      No lo sé…te deseo un feliz año 2012 querida para tí y los tuyos.

      diciembre 31, 2011 en 3:20 pm

  2. ¡Leído! Como para fiarse de lo que pasa en esas carreteras. Dan casi tanto miedo como los padres. O los replicantes. Jejejeje

    A ver qué haces con la pobretica muchacha. ¡Nos leemos!

    – Iba a actualizar hoy, pero he caído en estado perruno, veré si lo hago mañana-.

    enero 5, 2012 en 12:39 am

    • Yo ya sé lo que pasará, por supuesto, pero si esto te ha dado miedito…te vas a cagar, es de lo más light. Como ponerte «Bambi» antes de «Braindead, tu madre se ha comido a mi perro».
      Estaré atento a tu actualización, que los amores distraen mucho. Un saludo.

      enero 5, 2012 en 12:51 am

  3. Jojojo… pues dicho sea de paso, acabo de actualizar. Vale que he tardado, lo reconozco, pero tendrás que reconocerme que la entrada ha sido larga 🙂

    ¡Nos leemos! (y a ver cuándo nos vemos)

    enero 8, 2012 en 3:34 pm

  4. Tu entrada es larga de cojones, pero graciosa y entretenida de leer. Ya te he comentado y no te voy a contar milongas por aquí ahora. Actualizaré antes de que acabe el mes. Es que mis hermanos me han regalado la XBOX …y tengo que usarla.

    enero 9, 2012 en 4:54 pm

  5. Rosana

    venga ese replicante 5 cohone!!!!!!,ainssssssss que chulo!!!!…..pero kani me he tenio que reir cuando le ha salido «la luciernaga esa» por el culete,me ha venio a la cabeza de la pelicula como dios,cuando le sale del culo un mono enano de esos jajjajja….moraleja:si te meas en el camino,te aguantas kani.

    con que la xbox!!!!!!!asi estas de perdio jodio!!!ya te la traeras en la next visita si venis no?besos besos besosssssssssss bonitooooooooooo

    enero 10, 2012 en 7:03 am

  6. Sé que tengo esto abandonado, pero he comenzado ya a escribir la 5ª parte. ¿Queréis que ocurra algo en especial a algún personaje? Muy buena moraleja has sacado, Barbie. Estoy enganchao a la consola con el juego de Saints Row: The Third. Si puedo llevarla con los juegos reunidos del Kinect ese que tú eres el mando y pueden jugar varias personas a la vez.

    enero 11, 2012 en 12:02 am

  7. ¡¡El público está expectante!! ¡¡Suelta la XBOX yaaaaa!! XD

    enero 13, 2012 en 12:36 am

  8. MARTA MARTIN

    Uisssss que intriga sigo digo …

    marzo 18, 2012 en 2:34 pm

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