REPLICANTE: PARTE 5 (Un pequeño adelanto)
«Constituía un placer especial ver las cosas consumidas, ver los objetos ennegrecidos y cambiados. Con la punta de bronce del soplete en sus puños, con aquella gigantesca serpiente escupiendo su petróleo venenoso sobre el mundo, la sangre le latía en la cabeza y sus manos eran las de un fantástico director tocando todas las sinfonías del fuego y de las llamas para destruir los guiñapos y ruinas de la Historia.»
Fahrenheit 451, Ray Bradbury
MÁLAGA, AQUEL MISMO ANOCHECER.
María estaba nerviosa, o lo equivalente a estarlo en su situación, pues no era humana. Ax-7 no dejaba de dar vueltas con los brazos cruzados en un pequeño parque que había detrás de una iglesia a la que llamaban «la Manca» la gente del lugar. Pues la razón es que le faltaba una de las torres que no se llegó a construir, pero eso es otra historia entre malagueños y americanos.
Por fin vio como llegaba Jorge por el callejón, siempre llagaba más tarde de lo acordado y ella minutos antes de lo previsto. Pero ésta vez tenía que compartir una información demasiado importante como para demorar más tiempo. Éste se acercó a ella al verla, con su mochila al hombro.
– ¿Cuál es ese comunicado tan importante que tienes que darme?
– ¿Me has leído el circuito interno?
– No, pero lo he supuesto.
– …El humor te queda grande, humano metálico. Atento, he recibido información de «SUPREME» de una forma no muy legal. Tengo las coordenadas del lugar donde GEA- ZERO va a depositar a sus destructores.
-¿Serán los primeros que envían?
– No dispongo de ese dato, pero tenemos que marcharnos ahora mismo. Hay destrozos y ví un coche abandonado en un arcén con cristales rotos. También había un reguero de sangre. Hay víctimas. Significa que ya han llegado.
– ¿Ya han llegado? ¿Ya has estado allí?
– Se llama inspección del terreno.
-¿Qué eres ahora?¿Soldado?
-Vamos, tenemos que irnos.
-En tu coche o en el mío.
-En ninguno, iremos volando. Agárrate a mi.
– Pero hay personas aquí.
– Está todo controlado.
AX-8 se agarró a ella y ésta susurró alguna palabra a su propia muñeca. Una esfera translúcida los envolvió y comenzaron a elevarse del suelo.
– Ahora somos invisibles a los ojos humanos.- Le dijo María.
– Muy buena. Ésta me la apunto. Vamos a machacar a esos nanobots.
La esfera desapareció rápidamente en algún lugar del firmamento, mientras algunas estrellas comenzaban a refulgir.
FELIZ CUMPLEAÑOS, EVA.
Escrito por Luis M. Sabio
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